sábado, 15 de noviembre de 2014

LAUDATIO AL DR. NELSON LOZANO ALVARADO. Por Frank Acevedo Sánchez…un ex alumno suyo.



«No hemos de preocuparnos de vivir largos años, sino de vivirlos
satisfactoriamente; porque vivir largo tiempo depende del destino,
vivir satisfactoriamente, de tu alma. La vida es larga si es plena».
Séneca, Epístolas a Lucilio, Libro XV, Epíst. 93,2

Los Romanos entendieron la LAUDATIO como una forma de reconocimiento de las hazañas y virtudes de los hombres egregios, y en el protocolo universitario se conoce así la alabanza o elogio de los méritos de quienes han destacado de manera sobresaliente en el cultivo de las ciencias, las letras o las artes, haciéndose acreedores al máximo reconocimiento que puede brindar una Universidad.
Pronunciar una laudatio tiene tanto de honor como de osadía. Honor por poder elevar la voz elogiando y evocando la figura de alguien a quien todos debemos algo, osadía por creer que se puede hacer bien y con justicia.
Es necesario que comience confesando a este claustro que supone para mí un altísimo honor de hacer la Lauditio de uno de los Magistrados más probos que ha teniendo nuestros sistema judicial y uno de los docentes que ha entregado miles de horas de su tiempo en la formación de generaciones de futuros abogados, quizás sea inmerecido haberme elegido pero tratare de hacerlo de la mejor manera.

Quien conozca al Maestro Nelson Lozano sabrá que ha sido y es un hombre dedicado plenamente a su familia y a su trabajo con toda la energía de la que es capaz; y quien le conoce sabe que esa energía es mucha.
Su aportación a la ciencia del Derecho Procesal Civil ha sido extraordinariamente fecunda, despertando el asombro de cualquiera ante una actividad en la que cabrían muchas vidas, pues como todos sabemos la carrera judicial no ha sido el único campo en que se ha movido el Dr. Nelson, quien ha cultivado también la pasión por la investigación, la docencia universitaria, entre otras pasiones. En efecto, ante sus muchos servicios prestados podríamos hablar hasta cansarnos;
Pero, con total seguridad, es más importante su herencia humana, el papel desempeñado en la formación de sus discípulos, que antes fueron alumnos, y más tarde propagadores de su llama y de su ilusión por saber y conocer.

Los méritos científicos hablan por sí solos, pero quizá convenga más aquí hablar del perfil humano del hombre a quien rendimos tributo.

No es ningún secreto que después de su familia, han sido sus alumnos los más cercanos a su corazón. En nuestra Facultad casi todos conocemos al Dr. Nelson, y cuando cada año entra por primera vez en el aula, nos encontramos con un catedrático, de modales finos de cordial carácter y de elevadísima caballerosidad siempre inspirando respeto, calma y confianza.


El Dr. Nelson lozano, tuvo la voluntad de servir al Estado en una función que siempre fue compatible con su trayectoria profesional, expresada en el ejercicio de la abogacía, la docencia universitaria en las Cátedras de Derecho Procesal Civil  y Teoría General del proceso, materias que ha impartido en las mas importantes Facultades de Derecho de nuestra ciudad, la docencia en la Academia de la Magistratura, como también en la Magistratura.

Alcanzo el primer puesto a nivel nacional en el Concurso realizado por el Consejo Nacional de la Magistratura (19951996) para nombrar a Vocales y Fiscales Superiores de todos los Distritos Judiciales de la República, poniendo fin a la alta provisionalidad.

Fue condecorado por el Colegio de Abogados de La Libertad, en reconocimiento a su valioso ejercicio como magistrado; habiendo obtenido las más altas calificaciones en los tres (03) referendos realizados por el mismo Colegio, lo que refleja que cuenta con la aprobación de la comunidad jurídica.

Fue Ex Miembro de la Comisión de Procedimientos Concursales del INDECOPI –La Libertad y Miembro de la Comisión de Conciliación y Arbitraje de la Cámara de Industria y Turismo de La Libertad.

Sobran las palabras para destacar su gran aporte en las Aulas Universitarias,  en una de las cátedras que mas le apasiona enseñar y es el Derecho Procesal Civil.
Quiero  irrogarme si me lo permiten,  dentro de esta laudatio el hecho de comentarles que el Maestro fue mi profesor en esta universidad, y fue un verano del año de 1999, año que culminaba mi carrera de Derecho, después de haber tenido a grandes Maestros de la talla del elogiado así como de otro grande como lo fue el Maestro Guillermo Urbina Ganvini (que en paz descase) que calaron hondo en mi formación profesional y en mi deseo de ejercen la docencia en Derecho.

Fue justo en aquel verano que me apersone a la Sala Civil donde era Vocal. Algo temeroso pero decidido,  y le confesé mi deseo de ser su asistente de cátedra, y darme la oportunidad de ingresar a la docencia.

Un año después y aun siendo su asistente me comento que debía capacitar a los aspirantes a la Académica de la Magistratura y que era imperativo que lo reemplace en la Cátedra de Teoría General del Proceso por algunas clases, sentí que ya era tiempo, que estaba preparado.

Debo confesar que no pude dormir aquella noche y un día antes de enfrentar mi primera clase a salón lleno, recordé una cita de Nietzsche dirigida por Jung a Freud que decía: “Se recompensa mal a un maestro si se permanece siempre discípulo” y así fue, como todo empezó.

Desde aquel día, han transcurrido casi 15 años, y sigo agradeciendo al Maestro Lozano por sus grandes enseñanza,  me siento honrado de seguir estrechando su mano cada semana cuando ingresa raudo a la Facultad siempre puntual, siempre con una sonrisa y su gentil trato.

Quien diría Maestro que el tiempo me daría la oportunidad para expresarle con sentimiento y gratitud lo mucho que ha contribuido en las mentes de sus alumnos, y que reconfortante es saber, que fui elegido para rendirle unas palabras en honor a su trayectoria.

Compruebo ahora que el momento más importante de un universitario no es cuando defiende la Tesis doctoral, o cuando gana unas oposiciones, sino cuando puede proclamar a viva voz la importancia de quien fue su maestro.
"Gracias" es una pequeña palabra, pero entre sus letras se esconde un sentimiento muy especial por usted. Gracias por su tiempo, su trabajo duro y por todos los valores que nos enseñó. Muchas gracias por todo lo que hizo por nosotros. Usted fue más que un simple maestro. Usted fue alguien muy especial en nuestras vidas, Reciba Ud. Maestro este merecido reconocimiento que  en esencia concentra toda nuestra gratitud, compensarle por todo ese esfuerzo que implica formar un Abogado.   ¡Qué tenga un gran día, Querido profesor!
 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

I CONGRESO REGIONAL DE DERECHO PROCESAL Y ARBITRAJE " En Homenaje al Dr. Guillermo Urbina Ganvini" 28 y 29 de Noviembre 2014 - Casa del Abogado.